INTRODUCCIÓN

El Período Jurásico con una duración de unos 62 millones de años (desde 206 millones de años hasta los 144 millones de años ) se encuentra situado entre el Triásico y el Cretácico, y constituye la parte central de la Era Secundaria o Mesozoico a su vez limitada por dos grandes eventos biológicos, la extinción finipérmica (la más devastadora de todas las conocidas) con la que comienza, y la finicretácica (la más famosa por ser en la que se extinguieron los dinosaurios) con la que termina. El término Jurásico debe su nombre a los montes Jurc situados en la frontera entre Francia y Suiza.
En cuanto a los dinosaurios se refiere, fue la época del dominio de los grandes Saurópodos, que aparecieron en el Jurásico Temprano y alcanzan su máximo apogeo y diversificación en el Jurásico Superior. También en el Jurásico Superior aparecieron las primeras aves. Todavía no existía hierba, ni se habían desarrollado aún las plantas con flores.
A principios del Jurásico comenzó la disgregación progresiva del supercontinente Pangea para ir dando poco a poco al planeta el aspecto actual en la posición de los continentes y las masas de agua. En ese mundo había una ausencia aparente de hielo en el polo, y las diferencias de temperatura entre la zona polar y la ecuatorial eran mucho menos acentuadas.
La extinción de dinosaurios, conjuntamente con la muerte de un importante número de otras criaturas y plantas define el final del Cretácico para los geólogos. El Triásico, el Jurásico y el Cretácico son subdivisiones del Mesozoico que se encuentra entre el Paleozoico, que comenzó hace 590 millones de años con la presencia de fósiles en abundancia, y entre el Cenozoico, la era de los nuevos animales que cubre los últimos 65 millones de años.
Aunque los dinosaurios poblaron todas las grandes masas terrestres, con la posible excepción del continente antártico, es en la parte oeste de Norteamérica donde parecieron encontrar el hábitat más idóneo. El tamaño de los dinosaurios era muy variable: algunos no eran mayores que conejos o cuervos, y otros alcanzaban longitudes de 25 o 30 metros con extravagantes colas o cuellos que abarcaban gran parte de esa longitud.